lunes, 23 de marzo de 2015

Los Fasci Italiani di Combattimento

El 23 de Marzo de 1919, en el Salón Industrial y Comecial ubicado sobre la Plaza San Sepolcro de Milán, un número de 119 espectadores asistieron a un discurso que ofrecía el creador y director del diario Il Popolo d’Italia, Benito Amilcare Andrea Mussolini, con el que acababa de fundar la organización política Fasci Italiani di Combattimento, tras leer el Manifiesto Fascista (Declaración inicial de la posición política que adoptarían, escrito por Alceste de Ambris y Filippo Tommaso Marinetti). Sin que alguien se diera cuenta en aquel instante había nacido el fascismo.

Los Fasci Italiani di Combattimento serían los cimientos sobre los  que emergería el Partido Nacional Fascista que sería fundado el 9 de Noviembre de 1921, con el que Benito Mussolini llegaría al poder a ejercer su dictadura.

El fascio, es una palabra italiana utilizada para referirse a los grupos políticos extremistas de diferentes orientaciones ideológicas.

Ideología de los Fasci Italiani di Combattimento:
·           Abolición de la monarquía de los Saboya e imposición de una República.
·           Control de las tierras por parte de los campesinos.
·           Participación de los obreros en el desarrollo de las empresas y en sus beneficios.
·           Eliminación de la banca especulativa.
·           Recuperación del nacionalismo italiano.
·           Política exterior expansionista respecto a Yugoslavia y Austria.
·           Adhesión de Italia a la Sociedad de Naciones para fomentar la paz universal.

El 15 de Abril de 1919 se llevó a cabo la primera acción de violencia de los Fasci Italiani di Combattimento en Milán contra la sede del periódico marxista Avanti!, donde un grupo de escuadristas destruyeron el edificio por completo. A partir de entonces los Fasci Italiani di Combattimento se dedicaron a atacar objetivos de los adversarios, especialmente las sedes y locales del Partido Socialista Italiano (PSI), aunque también realizaban incursiones en casas de políticos, círculos recreativos, cámaras de trabajo, sindicatos o escuelas populares dirigidas por la extrema izquierda. No solamente atacaban lo material, sino que también a personas de la oposición, normalmente socialistas, a los que propinaban palizas golpeándoles, apaleándoles, rociándoles con aceite de ricino urticante, incluso en algún caso se le fue la mano a más de uno provocando alguna víctima mortal.



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